Walter Mehrer S
Si le preguntamos a alguien qué entiende por personalidad de alto potencial, lo más probable es que defina a una persona con una elevada inteligencia. Lo cierto es que a día de hoy seguimos relacionando talento con altas competencias intelectuales. Sin embargo, la auténtica potencialidad humana no reside siempre en un alto cociente intelectual al más puro estilo Stephen Hawking.
Si le preguntamos a alguien qué entiende por personalidad de alto potencial, lo más probable es que defina a una persona con una elevada inteligencia. Lo cierto es que a día de hoy seguimos relacionando talento con altas competencias intelectuales. Sin embargo, la auténtica potencialidad humana no reside siempre en un alto cociente intelectual al más puro estilo Stephen Hawking.
Brillante es quien se atreve a transformar la realidad yendo más allá de todo lo convencional. Tener potencial es ver lo que otros no ven y ser capaces además de inspirarles para que les sigan. Ser alguien excepcional es sacar ventaja de las dificultades y situar en el horizonte metas innovadoras que nadie se había planteado hasta el momento.
Walter Mehrer S
Podríamos definir de muchas maneras este rasgo de personalidad, pero lo interesante es que son bastantes las figuras que ya lo han hecho por nosotros. Tanto es así que son varias las empresas que han empezado a utilizar el inventario tipológico de Myers–Briggs, basado en las teorías de Carl Jung para identificar determinados rasgos de la personalidad de alto potencial.
“Invertir en conocimientos produce siempre los mejores intereses”. -Benjamin Franklin-
¿Cómo es la personalidad de alto potencial?
La sociedad necesita algo más que personas inteligentes. Valoramos la presencia de personas que sepan hacer un buen uso de su ingenio, sea cual sea su inteligencia. Porque a veces, el talento reside en esa flexibilidad mental de quien sabe dar con la mejor respuesta en el momento más necesitado. También en quien sabe hacer uso de sus habilidades para crear grupos de trabajo felices y motivados hacia un mismo objetivo.
El liderazgo se está redefiniendo como también lo está haciendo el concepto de personalidad de alto potencial. Hasta no hace mucho asociábamos este concepto a quien más produce, al más extrovertido, directivo, a quien ofrece mejores resultados a una organización.
A día de hoy muchas de estas dimensiones se han reformulado. Porque lo que se necesita en este momento es dinamismo, humanidad, conexión, eficacia y capacidad para innovar.
Por ello, psicólogos como los doctores Ian MacRae y Adrian Furnham del University College London realizaron un estudio para delimitar esos factores que definen a este tipo de personalidad. Son dimensiones muy interesantes y que de algún modo todos podemos desarrollar mucho más.
1. La escrupulosidad, el valor de la autodisciplina
Quien alcanza el éxito no lo hace de manera casual. Tras ese triunfo está la disciplina, el autocontrol y el gusto por la laboriosidad. Lograr esta competencia requiere dominar la impulsividad y hacer uso de la planificación estratégica, del gusto por las cosas bien hechas.
No hace falta llegar a la obsesión por la perfección, pero si por esa autoexigencia desde la que uno siempre espera dar lo mejor de sí mismo.
La escrupulosidad media en que se tomen mejores decisiones, porque estas siempre están consensuadas por el filtro de la conciencia, de la razón y también de una afinada intuición que no deja nada al azar…
2. El ajuste emocional, dominar las emociones para pensar mejor
Todos sabemos la gran implicación que tiene la regulación de las emociones, así como el buen uso de las mismas. El ajuste emocional en la personalidad de alto potencial es clave, porque define la capacidad para controlar el estrés cotidiano, la ansiedad que casi siempre se adhiere al ritmo de la vida, el trabajo y las relaciones humanas. Estos perfiles son muy hábiles moviéndose en cualquier entorno. Proporcionan calma, mejoran el clima laboral y de los equipos de trabajo.
No solo saben regular sus preocupaciones, ansiedades y negatividad, sino que además facilitan que también el entorno se ajuste a esa armonía emocional.
3. Aceptan la incertidumbre y la ambigüedad
Algo que tiene claro la personalidad de alto potencial es que las cosas no van a ser nunca como uno quiere y desea. El mundo, las organizaciones, son casi siempre entornos caóticos. Es común que aparezcan dificultades y que la incertidumbre sea muchas veces esa constante que uno debe asumir a la fuerza. No es inconveniente para este perfil que surjan imprevistos porque ya están preparados para ello. Sus mentes proactivas aceptan de antemano la aparición de dificultades y están motivados para afrontarlas.En lugar de quedarse atascados ante lo que no pueden cambiar, no dudan en aplicar la creatividad. En dar mil propuestas y posibilidades de reacción ante los problemas puntuales.
4. La curiosidad por saber y descubrir nuevos caminos
¿Qué sería del ser humano sin la curiosidad? Esta herramienta de vida y de potencial humano va perdiendo impulso con los años. A menudo, la propia educación, la rutina y hasta los entornos de trabajo muy rígidos, merman por completo esta capacidad. La personalidad de alto potencial sin embargo hace suya esta virtud, usa la curiosidad para aprender, descubrir y aplicar nuevos enfoques.
5. La personalidad de alto potencial tiene coraje
El coraje nos permite abrirnos camino en medio de la dificultad. La valentía es la que nos ayuda a ir más allá de lo establecido para dar paso a lo nuevo, a lo que puede mejorar nuestra realidad.
Así, la personalidad de alto potencial se distingue por no tener miedo a confrontar las cosas, a afrontar los riesgos con aplomo porque confía en sus propias capacidades.
6. Competitividad como estrategia de mejora
La competitividad puede crear en ocasiones ciertos roces e incluso conflictos en una organización. Ahora bien, en este caso, el hombre o la mujer de alto potencial hace uso de la mente competitiva como afán de mejora y superación. Es más, no duda en unir al equipo para hacerlo más competitivo y lograr que toda la organización avance y se sitúe en un buen lugar en el mercado.
Para concluir, si hay algo que define de manera particular a la persona de alto potencial es ser alguien en quien se puede confiar. Son figuras hábiles a la hora de sacar lo mejor de los demás para trabajar en una misma dirección. Son las semillas que hacen florecer todo escenario en innovación, progreso y resiliencia.
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